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Etnografía colaborativa una técnica que va más allá de lo académico.

Collaborative ethnography a technique that goes beyond the academic.

Etnografia colaborativa uma técnica que vai além do acadêmico.

 

Torres Gómez, Wilson Fernando

Doctorando en Ciencias Sociales y Magister en Relaciones y Negociaciones Económicas Internacionales, Magister en Seguridad Pública

Articulista en Revista Digital Libertytex y Docente

Quito, Ecuador

 

Resumen: La etnografía colaborativa como una técnica que resulta de un proceso colectivo y dinámico de vivenciar, pensar y estar con otros en y durante los procesos de investigación (Katzer y Manzanelli 2022). En estos procesos de demandas, son abordadas junto a los mismos sujetos que están denunciando o demandando su cumplimiento. En este sentido, la investigación colaborativa permite mantener relaciones interpersonales,  afectivas y complejas conllevando a fortalecer la colaboración, compromiso, confianza y articulación interinstitucional entre los involucrados, donde no se trata sólo de “conocer con” sino de “hacer con”, alcanzando mayor justicia social e igualdad en la comunidad. Fortaleciendo los derechos humanos en las comunidades. En esta metodología, muchas veces se generan desacuerdos, tensiones y distanciamientos por la propia dinámica política. Si bien, el camino de las etnografías colaborativas es complejo y difícil pero habilita una práctica desde las diferencias y disensos se construyen espacios de participación ciudadana, respetando las diferencias de pensamiento entre los actores partícipes, haciendo que la etnografía vaya más alla de lo académico y se asiente en la convivencia, experiencia, vivencias y conocimientos de la comunidad. 


Palabras clave: etnografía, etnografía colaborativa, derechos humanos, investigación participativa, disensos.    



Resumo: Cada vez, em trabalhos antropológicos, autores ou antropólogos usam a metodologia da etnografia colaborativa como uma técnica que resulta de um processo coletivo e dinâmico de experimentar, pensar e estar com os outros em e durante os processos de pesquisa (Katzer & Manzanelli, 2022). Assim, a pesquisa deixa de ser uma mera coleção de dados para ser entendida como um quadro de situações, relações e posições múltiplas e díspares, que possuem percursos anteriores, recursos materiais e simbólicos e sensibilidades singulares (Katzer & Manzanelli, 2022 ). É necessário destacar a importância de trabalhos de pesquisa etnográfica colaborativa na perspectiva dos direitos humanos, como o desenvolvido por Visotsky & Hernández, (2022): “Sobre colaboração e participação nos processos de construção do conhecimento em direitos humanos. reflexões da práxis”. Esta pesquisa aborda as demandas por direitos humanos - educação e liberdade. Nesses processos de reivindicações, eles são abordados juntamente com os mesmos sujeitos que estão denunciando ou exigindo seu cumprimento. Nesse sentido, a pesquisa colaborativa possibilita a manutenção de relações interpessoais, afetivas e complexas, levando ao fortalecimento da colaboração, do comprometimento, da confiança e da articulação interinstitucional entre os envolvidos, onde não se trata apenas de “saber com”, mas de "fazer com", alcançar maior justiça social e igualdade na comunidade. Assim, fortalecendo os direitos humanos nas comunidades. Nessa metodologia, divergências, tensões e distanciamentos muitas vezes são gerados pela própria dinâmica política. Embora o caminho das etnografias colaborativas seja complexo e difícil, mas possibilite uma prática baseada em diferenças e desencontros, espaços de participação cidadã são construídos, respeitando as diferenças de pensamento entre os atores participantes, fazendo com que a etnografia vá além do acadêmico e seja baseada na convivência , experiências, vivências e conhecimentos da comunidade.


Palavras-chave: etnografia, etnografia colaborativa, direitos humanos, pesquisa participativa, dissenso, consenso.



Abstract: Each time, in anthropological works, authors or anthropologists use the methodology of collaborative ethnography as a technique that results from a collective and dynamic process of experiencing, thinking and being with others in and during research processes (Katzer & Manzanelli, 2022). Therefore, research ceases to be a mere collection of data to be understood as a framework of multiple and dissimilar situations, relationships and positions, which have previous paths, material and symbolic resources and unique sensibilities (Katzer & Manzanelli, 2022 ). It is necessary to highlight the importance of collaborative ethnographic research works from the perspective of human rights, such as the one developed by Visotsky & Hernández, (2022): “About collaboration and participation in the processes of knowledge construction in human rights. reflections from praxis”. This research addresses the demands for human rights -education and freedom. In these processes of demands, they are approached together with the same subjects that are denouncing or demanding their compliance. In this sense, collaborative research makes it possible to maintain interpersonal, affective, and complex relationships, leading to strengthening collaboration, commitment, trust, and inter-institutional articulation among those involved, where it is not just a question of "knowing with" but of "doing with," achieving greater social justice and equality in the community. Thus, strengthening human rights in the communities. In this methodology, disagreements, tensions and distances are often generated by the political dynamics itself. Although the path of collaborative ethnographies is complex and difficult, but it enables a practice based on differences and disagreements, spaces for citizen participation are built, respecting the differences of thought between the participating actors, making ethnography go beyond the academic and is based on coexistence, experience, experiences and knowledge of the community.


Keywords: ethnography, collaborative ethnography, human rights, participatory research, dissent, consensus.




Introducción


En el presente documento se aborda la etnografía colaborativa como una técnica de investigación a todo trabajo de campo que conlleva a fortalecer los derechos humanos en las comunidades. Los colaboradores de la comunidad se convierten en parte central en todo el proceso etnográfico, no solo actuan como informantes sino como consultores, que co-interpretan el conocimiento y su representación junto con el etnógrafo.

Cambia el papel del etnógrafo, en muchas ocasiones actua como facilitador, abordando conjuntamente con la comunidad los problemas de derechos humanos que aquejan a la población. Es un proceso de reflexión colectiva acerca de qué temas valen la pena ser indagados en relación a propósitos políticos concretos, así como la construcción colectiva de respuestas tentativas y análisis preliminares.

La investigación colaborativa tiene el potencial de extender las conversaciones de campo sobre la diferencia en la coproducción de conocimiento etnográfico (Lassiter 2021). La perspectiva colaborativa para indagar en las experiencias de vida en un contexto de lucha por el ejercicio de los derechos humanos (Visotsky y Hernández 2022) en las diferentes colectividades.


En el presente artículo, se da respuesta a las siguientes preguntas: ¿a qué nos referimos cuando hablamos de etnografías colaborativas e investigación participativa? ¿Cómo se construyen? ¿La etnografía colaborativa es una herramienta que permite identificar los problemas que afectan los derechos humanos en una comunidad?

 

1. Etnografía colaborativa como técnica de participación e integración comunitaria

Cada vez, en los trabajos antropológicos, los autores o antropólogos utilizan la metodología de la etnografía colaborativa como una técnica que resulta de un proceso colectivo y dinámico de vivenciar, pensar y estar con otros en y durante los procesos de investigación (Katzer y Manzanelli 2022). Por lo tanto, las investigaciones dejan de ser una mera recolección de datos para ser entendidas como un entramado de múltiples y disímiles situaciones, de relaciones y posicionamientos, que cuentan con andares previos, recursos materiales y simbólicos y sensibilidades singulares (Katzer y Manzanelli 2022).


La investigación como un ejercicio permanente y constante, demanda creatividad, astucia e innovación pertinente de nosotros, las y los investigadores sociales. Otra cualidad importante es el análisis y la interpretación de las realidades que surgen, aparecen y desaparecen, las que se contraponen; y de esas otras realidades que dicen y no dicen; las que enriquecen y las que siembran duda (Ruiz Chow y Landero 2022).


Por lo que, las etnografías colaborativas son técnicas que permiten pensar, sentir y estar con otros, que se colaboran y comprometen mientras se está trabajando con otros. En el proceso de investigación no hay respuestas únicas y cerradas, sino más bien, la apertura a nuevas reflexiones y posiciones de abordar la realidad en beneficio de la comunidad y bien común. En esta metodología de investigación colaborativa, permite producir desde adentro conocimiento académicamente válido y políticamente productivo con aquellos actores que se han trabajado de la mano (Fernández , Pacífico y Wolanski 2022).

 

2. Etnografía colaborativa y sus variables de discusión

Los diferentes autores, coinciden que la etnografía colaborativa resulta de un proceso colectivo y dinámico de vivenciar, pensar y estar con otros en y durante los procesos de investigación (Katzer y Manzanelli 2022). Por lo tanto, las investigaciones dejan de ser una mera recolección de datos para ser entendidas como un entramado de múltiples y disímiles situaciones, de relaciones y posicionamientos, que cuentan con andares previos, recursos materiales y simbólicos y sensibilidades singulares (Katzer y Manzanelli 2022).


De igual forma, Katzer & Manzanelli (2022) destacan que la etnografía colaborativa permite concretar cuatro disparadores de discusión que son: colaboración como proceso de construcción de saber, colaboración como articulación interinstitucional; colaboración como procesos políticos intersubjetivos; y prácticas e intervenciones. Sobre estos disparadores, se permite afectar en forma positiva los derechos humanos como libertad, salud, educación, trabajo, cultura, equidad e igualdad en una comunidad. 


La colaboración como proceso de construcción de saber, nos permite ir más alla de las herramientas técnicas y metodológicas, nos lleva a ver lo que otros no ven, sentir y abrirnos a la creatividad. La construcción del saber es entender la relación del poder -relaciones coloniales de dominación, eurocentrismos y sometimiento- para comprender mejor la realidad.


En segundo lugar, colaboración como articulación institucional nos lleva a superar procesos de investigación que estaban reservados únicamente en el ámbito académico, abrir otros ámbitos de discusión como: movimientos sociales, ONGs, organizaciones barriales, radios comunitarias, campesinas, pueblos originarios, comunidades, cooperativas, colectivos de mujeres, entre otros. En estos espacios de investigación, se mejora la gestión e investigación, aporta en la elaboración de políticas públicas y estrategias en fortalecer los derechos humanos como educación, salud, libertad de expresión, cultura, equidad e igualdad, seguridad social y convivencia ciudadana, etc.

La colaboración institucional, conlleva a un trabajo que supera lo personal/individual a remitirnos a un tipo de ejercicio y compromiso ciudadano, al espacio de lo público y lo común, responde a demandas cívicas, colectivas y de derechos humanos. Permite habilitar nuevos soportes de investigación que superan las visiones tradicionales académicos.


En tercer lugar, la colaboración como procesos políticos intersubjetivos nos remite a entablar una relación entre todos los actores colaborativos ético-política, con una mirada de comunidad y bien común. Por otro lado, los colaborativos no son solo considerados como personas “informantes claves” o “socios epistémicos” sino como “socios políticos”. Ellos, no solo participan en la etapa de la planificación y ejecución del plan de investigación o de producción de conocimiento, sino tambien abren el espacio de discusión sobre otras formas de participación y roles de los diferentes actores/investigadores en el proceso de investigación, así como de definición conjunta de metas respecto a una preocupación pública común en el campo de los derechos humanos.


Entonces, la etnografia colaborativa es más que participación. Es decir, pueden haber investigaciones participativas sin que por ello implique necesariamente un enfoque colaborativo, ahora bien, la colaboración necesariamente incluye participación. La colaboración no es sólo un vehículo para la construcción de la teoría, no es sólo co-teorización. Colaboración y compromiso son formas de involucramiento social que nos sitúan no sólo como socios epistémicos sino fundamentalmente como socios políticos; nos comunaliza en sociedades políticas, dentro de determinados circuitos o redes de acuerdo a patrones de interacción específicos.


Otro aspecto, según Leticia Katzer (2022) los proyectos colaborativos en ocasiones se presentan asimetrías y conflictos entre los actores participantes por disputas de liderazgos políticos. Esto se supera, con marcos de acciones, compromisos, roles, creencias que se articulan modificando el comportamiento y la participación según las distintas coyunturas y patrones de construcción, producción y dinámicas de interacción. No existe una metodología única, sino un devenir de prácticas colaborativas que direccionan y tensionan criterios de comunalización en la construcción de saberes, planificación comunitaria y articulación interinstitucional.


Según, Sonia Raquel Voscoboinik y Rocío de la Canal en el estudio “Experiencia de investigación acción participativa con migrantes senegaleses en la ciudad de La Plata-Argentina (2018-2021)”, reflexionan críticamente a partir de la ruptura de formas tradicionales de realizar investigaciones, que invisibilizan diversas tareas, vivencias y contribuciones. Señalando que la definición de plantear objetivos, espacios, temporalidades, racionalidades y lenguaje han sido de acuerdo a las necesidades, negociaciones y tensiones de los involucrados con el municipio y no de la academia. De igual forma, rompieron los tecnicismos manteniendo un lenguaje sencillo y generando espacios en los cuáles se dá a conocer el testimonio en primera persona, promoviendo espacios de subjetivación política entre los y las migrantes. En este tipo de investigación colaborativa a las autores les permitió crear aspectos conceptuales sentidos, intersubjetivos y colectivos que no se limitan a lo intelectual ni cognitivo, todos los actores tienen la capacidad de aportar conocimiento a traves de las experiencias y vivencias alejados del tecnicismo.

Además, en la investigación colaborativa permite mantener relaciones interpersonales y afectivas entretejidas conllevando a fortalecer la colaboración, compromiso, confianza y articulación interinstitucional entre los involucrados, donde no se trata sólo de “conocer con” sino de “hacer con”, alcanzando mayor justicia social e igualdad en la comunidad. Muchas veces se generan desacuerdos, tensiones y distanciamientos por la propia dinámica política. 

 

3. La investigación colaborativa conlleva a una reflexión compleja e integral

La investigación colaborativa plantea las siguientes reflexiones: 1) los fracasos y frustraciones no anulan ni procesos ni proyectos de investigación; más bien se vuelven motores de construcción y recreación; 2) los proyectos colaborativos no garantizan horizontalidad y armonía como patrón de interacción social; más bien en ocasiones recrudecen asimetrías y conflictividades entre los actores partícipes.

La etnografía colaborativa, con la colaboración activa y dinámica de los partícipes a traves de investigaciones tanto cuantitativas como cualitativas identifican condiciones de vida, problemáticas recurrentes, estrategias e iniciativas para superarlas en la comunidad. La producción de estos datos puede estar asociada a la necesidad de generar evidencias que legitiman las demandas y disputas de las organizaciones tanto a partir de la generación de datos estadísticos como por medio de la sistematización cualitativa de sus experiencias y condiciones de vida. A partir de este proceso de identificación de los problemas que más afectan a la comunidad se construyen proyectos y planes de mejora que permiten superar dichas afectaciones en el ámbito de los derechos humanos.


Es decir, es una metodología que plantea la participación de varios actores públicos y privados -no homogeneizables. La etnografía colaborativa permite construir saberes y relaciones políticas a partir de los disensos, diferencias y confrontación o como colaboración según de qué área y representante se trate. Esta metodología posibilita compartir nuevos espacios, con nuevos partícipes, construir nuevos saberes así como plantear nuevas preocupaciones comunes y proyecciones en beneficio de una comunidad o del bien común.


La etnografía colaborativa, como técnica y metodología supera la mera participación de los actores haciendo un espacio de discusión en la construcción de los saberes, política y relaciones entre los actores. Las relaciones interpersonales e interinstitucionales -disensos o consensos- visivilizan otros problemas sociales que afectan a la comunidad. Esta metodología, supera aquellas técnicas y herramientas de análisis y levantamiento de información de la academia. Va más allá: al trabajo de campo que involucran a diversos actores públicos y privados en el proyecto de etnografía colaborativa.

En definitiva, la etnografía colaborativa supera a la mera investigación participativa, puesto que la etnografía colaborativa genera conocimiento en la intersubjetividad, entre los saberes del investigador y los saberes de los “otros” o los comunitarios, construyendo un “nosotros”, comprendiendo los fenómenos, comportamientos, símbolos y realidades socioculturales de manera dialógica y complementaria “(...) entretejiendo el conocimiento al investigar con el otro y no al otro” (Ruiz Chow y Landero 2022).

 

4. Consideraciones finales

Hay que destacar, la importancia de trabajos de investigación etnográficas colaborativas desde la perspectiva de los derechos humanos, como la desarrollada por Visotsky & Hernández, (2022): “Acerca de la colaboración y participación en los procesos de construcción de conocimiento en derechos humanos. reflexiones desde la praxis”. En esta investigación se plantea demandas por los derechos humanos –educación y libertad.


En suma, las prácticas etnográficas colaborativas multisituada de relaciones, compromisos, sensibilidades, estrategias con sus acuerdos, desacuerdos y conflictos. Nos advierte sobre los titubeos, tropiezos, vicisitudes, empatías, encuentros y desencuentros dentro del proceso etnográfico, se transforman en motores de nuevas construcciones e innovaciones sociales.

Y, por sobre todo, las diversas contribuciones ratifican que las etnografías colaborativas son prácticas artesanales y formas creativas de construcción de saberes y procedimientos operativos. Los acuerdos intersubjetivos alcanzados entre los interlocutores en la situación de trabajo de campo subyacen una serie de dinámicas que hace de ellos estados inestables y provisorios. Esto quiere decir, que los consensos alcanzados nunca son sustancias acabadas y definidas.


Además, el propio devenir de la investigación etnográfica colaborativa, se superponen intereses y estrategias de distintos órdenes, a veces en contradicción, pero sobre un marco donde las acciones, creencias y expectativas se articulan modificando el comportamiento y la participación según las distintas coyunturas. Conllevando a nuevas reflexiones y horizontes de acción en beneficio de la comunidad y bien común.

La investigación etnográfica colaborativa puede pensarse como integrativa, en la medida en que implica establecer acuerdos inestables y provisorios, marcados más por el dinamismo que por la construcción de consensos como instancias acabadas y definidas (Katzer y Manzanelli 2022). Permite construir espacios de participación ciudadana, respetando las diferencias de pensamiento entre los actores partícipes, haciendo que la etnografía, vaya más alla de lo académico y se asiente en la convivencia, experiencia, vivencias y conocimientos de la comunidad. 


La investigación colaborativa emplea técnicas tanto cuantitativas como cualitativas, permiten producir conocimiento y resolver problemas que afectan a una comunidad desde la colaboración de los partícipes. La planificación, diseño y políticas de la investigación se generan durante el proceso de investigación entre todos los partícipes a traves de discusiones en grupo, experiencias personales, debates, árbol matriz de ideas, voto por debate (Ruiz Chow y Landero 2022) etc., funcionan como espacios de interacción en los que proyectan nuevos horizontes de colaboración, tienen como esencia y función de un trabajo en equipo desde la reflexión y no ante una respuesta concreta.


Por último, la etnografía colaborativa como metodología permite articular diversas disciplinas que parte de la horizontalidad y comprende que el conocimiento debe cumplir una acción integradora, transformadora y empoderadora en los contextos en donde orbitamos, alcanzando transformaciones, superando problemas y necesidades de la comunidad. Es decir, la etnografía colaborativa de una forma participativa entre sujeto – objeto permite alcanzar que se materialicen los derechos humanos consagrados en la Declaración Universal de Derechos Humanos, como los derechos a la seguridad social, al trabajo, a un nivel de vida adecuado, a la educación y a la vida cultural, y los derechos a no ser torturado, al debido proceso, a la intimidad, a la libertad de movimiento, a la libertad de expresión, a la libertad de reunión entre otros derechos políticos.

 

Referencia

 

Lassiter, Luke Eric. 2021. Etnografía colaborativa. 

Katzer, Leticia, y Macarena Manzanelli. 2022. Etnografías colaborativas y comprometidas contemporáneas. Buenos Aires.

Fernández , Álvarez Maria Ines, Florencia Pacífico , y Sandra Wolanski. 2022. «¿A qué llamamos colabor? La producción de conocimiento con organizaciones de trabajadores y trabajadoras.» En ETNOGRAFÍAS COLABORATIVAS Y COMPROMETIDAS CONTEMPORÁNEAS, de Leticia Katzer y Macarena Manzanelli. Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Ruiz Chow, Luis Carlos Ariel, y Norbin Gerardo Landero. 2022. «ETNOGRAFIA TRANSDISCIPLINAR: REFLEXIONES DESDE UNA ANTROPOLOGÍA COMPROMETIDA.» En ETNOGRAFÍAS COLABORATIVAS Y COMPROMETIDAS CONTEMPORÁNEAS, de Leticia Kantzer y Macarena Manzanelli. Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Visotsky , Jessica, y Graciela Hernández. 2022. «ACERCA DE LA COLABORACIÓN Y PARTICIPACIÓN EN LOS PROCESOS DE CONSTRUCCIÓN DE CONOCIMIENTO EN DERECHOS HUMANOS. REFLEXIONES DESDE LA PRAXIS.» ETNOGRAFÍAS COLABORATIVAS Y COMPROMETIDAS CONTEMPORÁNEAS. Asociación Argentina de Geofísicos y Geodestas . Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

 

 


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